
Orgánico
Compromiso
TODO ESTÁ CONECTADO
Principio de la ecología y la agricultura orgánica
El objetivo esencial de la agricultura orgánica es mejorar la salud y la productividad de las comunidades interdependientes del suelo, las plantas, los animales y las personas.


BIODIVERSIDAD
Nuestra mayor felicidad y satisfacción es observar dentro de nuestro cultivo una alta variedad de vegetación y fauna nativa. Su presencia es indicio del equilibrio que buscamos entre los ciclos nutricionales y regenerativos del suelo y las aguas, y el aprovechamiento comercial del cultivo. La integración armónica de la actividad humana al ecosistema natural se refleja en las orquídeas y quiches, en las aves, mariposas, reptiles y otras maravillas que, siempre de repente, encontramos en nuestro cafetal.


Aguacate, Araucaria, Arboloco, Arrayán, Balú o Chachafruto, Bambú, Borrachero, Botón de oro, Cafeto, Cajeto o Madredeagua, Caucho, Chirimoyo, Eucalipto, Feijoa, Galapo, Guadua, Guamo, Guayabo, Higuerilla, Higuerón, Leucaena, Limón, Lumbí, Naranjo, Nogal, Palma de Cera, Palma datilera, Ocobo Flormorado, Plátano, Tefrosia, Totumo, Yarumo.
El dosel de los árboles detiene la radiación solar, modera el calor de los días de verano y regula el frío de las noches, retiene la humedad que transportan las neblinas. Sus raíces sostienen los suelos inclinados de estas altas montañas y los protegen de la erosión, extraen minerales profundos que alimentan al suelo con la permanente caída de sus hojas. En sus ramas las aves encuentran alimento y refugio; en sus raíces los pequeños transformadores, insectos, hongos y microorganismos tejen redes complejas de nutrición, vida y regeneración.
Los Cafetales 1750 se cubren con unos 70 árboles por hectárea, nativos y de diferentes alturas, maderables o frutales. Esta variedad ayuda a ofrecer condiciones ideales para la preservación de distintas especies vegetales y animales propias de la región.
COBERTURA ARBÓREA


COBERTURA DEL SUELO
El suelo de nuestros cultivos está cubierto por una gran variedad de arvenses nobles nativas que lo nutren y protegen; promovemos el maní forrajero como fijador de nitrógeno, la mitsuba y las guascas (que también nutren nuestras recetas), la ortiga, la sábila y otras hierbas medicinales que potencian nuestros abonos y biopreparados.
Como Gesha es una variedad de porte alto, las calles del cultivo dan espacio a plantas acompañantes y aportantes de alimentos, como la achira, el balú y los ajís. De este modo incorporamos la permacultura a nuestras prácticas ecológicas.
También bellas flores y orquídeas adornan nuestros cafetales, son el deleite de los diversos polinizadores que las visitan.
COMPOSTAJE Y LOMBRICARIO
Todos los elementos verdes que se generan en los controles mecánicos de arvenses en el cultivo y los residuos en el beneficio del café, son concentrados en grandes pilas de compostaje que se tratan técnicamente para alimentar las camas de lombriz. Así generamos nuestro propio humus o lombricompost, que es el abono con el que periódicamente nutrimos los Cafetales 1750.
Se complementa con la aplicación, al mes lunar, de riegos de purines o concentrados de extractos vegetales, enriquecidos con microorganismos eficientes, recolectados y multiplicados en la finca misma. La agricultura orgánica se armoniza con los ciclos naturales de las plantas y potencia su productividad preservando la capacidad microbiológica de los suelos para regenerarse continuamente.
Es el camino en que fundamos nuestra sostenibilidad.


MICRO ORGANISMOS
Es tal vez el saber más valioso de la Abuela.
Se capturan en un bosque nativo fuerte y sano; en el laboratorio se cuidan y se cultivan, para multiplicarlos una y otra vez en caldos fermentados que burbujean con buen olor. Desdoblan los jugos de plantas nutrientes y fortificantes y luego se mezclan con los fermentos mucilaginosos del beneficio. En la luna indicada, se filtra y se riega con aguas puras por toda la plantación.
Los microorganismos de montaña son los invisibles procesadores de la naturaleza, pues son responsables del desdoblamiento del material orgánico. Por tanto, son la clave de la nutrición y la sostenibilidad ambiental de un cultivo orgánico sano y productivo.


AGUAS
La vereda de San Isidro alto se ubica en un ecosistema privilegiado por las aguas. Bajo el lejano escarpe de la sabana, estas tierras filtran aguas subterráneas puras que surten nuestros manantiales; las montañas, cubiertas con bosques de niebla, retienen la humedad que sube desde los ríos y alimenta las quebradas por las que se despeñan las aguas superficiales. La quebrada El Oro y sus menores afluentes pasan por nuestras lindes.
Un terreno quebrado con frecuentes nacimientos, requiere un cuidado especial para evitar la erosión y los derrumbes que las aguas sin manejo suelen producir. Mantenimiento de las fuentes, zanjas y reservorios, inocuidad del acueducto y manejo técnico de las aguas servidas en la vivienda y el beneficiadero, para evitar todo desperdicio y contaminación, son actividades permanentemente monitoreadas en nuestro predio por las autoridades ambientales locales.
APICULTURA
Las abejas son un actor esencial en todo ecosistema: su presencia es síntoma de las condiciones saludables del entorno ambiental. Con las mariposas y colibríes, son las encargadas de la polinización de las plantas; por eso garantizan la productividad y elevan la calidad de la fructificación de los cultivos.
Lucía, enamorada de estos maravillosos seres, ha procurado su conservación natural y también ha emprendido un cultivo apícola propio con seis colmenas de especies introducidas y recuperadas, ubicadas en un espacio boscoso, aislado y tranquilo, desde donde polinizan los campos circundantes y, a medida que se adaptan y fortalecen, también comienzan a ofrecer su producción artesanal de la miel con el sabor de nuestras geshas y sus montañas.

Visítenos:
A menos de dos horas de Bogotá, lo está esperando su nueva experiencia de la vida cafetera. Sumérjase con nosotros en los cafetales, contemple y escuche las aves en el dosel del bosque y aprecie las prácticas de la agricultura orgánica, Disfrute de la buena cocina de la casa y luego solo déjese admirar un atardecer sobre las montañas, mientras siente su fragancia y se deleita con el sabor del mejor Café de Altura.